Soy inefable.
Soy la gran cicatriz de una circunstancia.
Soy una fogata de cartas quemadas.
Soy una explosión en el cielo de antaño.
Soy una falta de aire que resulta en un hipo, un ahogo.
Soy una espesa sangre negra.
Fui un suceso inêxplicable (implacable).
Fui una herida.
Fui caldera hirviendo.
Fui un estallido en lunes festivo, cuando llovió tanto, tanto.
Fui el aire necesario y el único para sobrevivir.
Yo ya no quiero que el tiempo huya de todo esto. Quiero que el tiempo deje de irse sin avisar. No quiero. Ya no quiero. Yo ya no quiero que me queme el nudo de mi garganta. Yo ya no quiero dejar de ser la falta de confianza. Ya no quiero ser un mal sueño. Ya me cansé de ser exhaustiva. Quiero no ser ese vestido de seda manchado de tinta azul. Quiero que el tiempo ignore su perseverancia y que vuelva a mí. La vida se me escurre por los labios. Se me va por los dedos. Se escapa por las lágrimas. Se consume con la ira de los gritos frustrados. Ella se va con mi tiempo. Ya no quiero. No. Me quemo. Me arden los öjös. Me arrancaré las pestañas.
Quiero {llorar}
{gritar}
{cicatrizar}
{volverme polvo}
{volver}
{a mi tiempo}
{a mi *des*amor}
Y es que yo no pude hacer nada al respecto.
Nada.
Soundtrack: So Tonight that I might see (Mazzy Star).
Labels: De la tarde en que Isabelita se rehusó a seguir tejiendo




