Una semana más pasa y cada vez me siento más cansada. Pero exhausta. Cuadré bien mi horario y terminé por ver 8 materias, de las cuales 6 me ponen una carga absurda de lecturas. La gran mayoría de las lecturas no me molesta y una me encanta, no obstante, hay una lectura que tanto detesto, con tanto ahínco y tanto fervor: teología. No me molestaría ni la mitad si no fuera porque es obligación. Nada me da más ira que la obligación de hacer algo, lo que sea. No es sino que mi madre me diga que tengo que estudiar flata, para que me de una inmensa pereza de estudiarlo.
Ahora, la segunda lectura no es taaan grave, pero no deja de ser molesta: Psicología Evolutiva y del Aprendizaje. El "Evolutiva" no tiene que ver con lo histórico, sino con el desarrollo del infante. Puaj. Nevertheless, es hasta divertido, además llegué a la conclusión de que Freud era un asco total de tipo. En serio, las 5 etapas del desarrollo psico-sexual, francamente, enfermo, degenerado.
Seguidamente, están las 3 lingüísticas que veo, las cuales la primera semana me pusieron a leer exactamente lo mismo, pero en otras palabras de diferentes autores. Me gusta mucho la clase de Funciones Lingüísticas, porque toca mucho el tema de la pragmática y eso llega a ser muy interesante. Bastante. Ya hemos hablado de Austin y su obra cumbre "How to do things with words", que habla precisamente de éso. Quiero leerlo, aunque me temo que será en vacaciones, lastimosamente. De las otras dos lingüísticas, Funcionamiento y Estructuras, abmas son más bien lo mismo, pero con distinta profesora, hasta ahora. Funcionamiento me tocó con una profesora del semestre pasado, quién me agradó bastante. Estructuras por su lado es con una profesora muy linda, callada. Bueno no callada, porque habla la mayoría de la clase, sino más bien silenciosa, sin voz parece en off todo el tiempo. Además pareciese que hablara en susurros, sus ademanes y su mirada, siempre sospechosa. Me agrada mucho su clase, no sólo por esa particularidad, sino porque se acerca a los temas de manera apasionante.
Francés, meh, es francés. Nunca me ha gustado y al paso que voy, nunca me gustará. Pero Javier Mauricio está de asistente de profesor, haciendo su práctica docente y su compañía siempre es apreciada.
Chino, no sé, aunque con Yuan las cosas no fueron muy fructíferas, la nueva profesora me da un poco de miedo. Lo admito. Es muy seca, poco sonriente. Descubrí que Yuan es un bicho raro (rarísimo) en China.
Y finalmente, está Noir, cine y novela. SE-VE-RA clase. Me pusieron a leer "El asesinato como una de las bellas artes" de De Quincey, de lo más de chévere.
Ahí veremos cómo me va con eso.
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